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miércoles, 13 de mayo de 2015

ADIOS A LOS PAÑALES

Adiós a los pañales!
Cuando los niños empiezan a dar los primeros pasos vemos cómo caminan, exploran y se hacen autónomos!
Caminar es una señal de independencia, y de una etapa en la que continuamente quieren hacerlo todo sin
ayuda.
Los adultos que estamos cerca pasamos casi todo el tiempo apoyándolos para que puedan lograr comer
solos, vestirse solos, peinarse solos...
Cuando quitamos los pañales estamos promoviendo su autonomía, y si lo hacemos con seguridad y amor, evitamos que dude de si mismo y de nuestro afecto.
Señales que podemos observar para saber si está preparado
  •   Se siente seguro al subir escaleras, aunque todavía necesite ayuda.
  •   Es capaz de decir que va a hacer “pis” o “caca” o que ya lo ha hecho.
  •   Se da cuenta de lo que sucede en su cuerpo: evacuaciones, mocos, etc.
  •   Es capaz de quitarse el pantalón y de ayudar a vestirse.
  •   Mantiene el pañal seco durante tres horas o más.
    ¿cuándo empezar?
    Entre los dos y los tres años, es decir: entre los 24 y los 48 meses es buen momento. Siempre estos datos son una referencia, ni más ni menos que eso.
Se siente incómodo cuando el pañal está sucio y lo hace saber.
Cuando ve a un hermano mayor o a sus padres en el váter siente curiosidad de saber qué hacen.
Cuando juega a hacer pis es capaz de pasar un par de minutos sentado.
Cuando se le propone dejar de usar pañal se muestra interesado, curioso y motivado.

Antes de empezar algunos tips útiles para preparar al niño
Recuerde que los niños necesitan explicaciones, con palabras adecuadas para su edad, sobre lo que van a hacer. Explíquele lo que espera de él, de lo contrario será una situación confusa para el niño y muy frustrante para Ud.
Anímele a ser mayor, y asócielo con ir al baño solo, tener ropa interior y dejar los pañales.
Permítale que le vea en el baño (a Ud. o a su hermano/a mayor) y que vea cuando baja el váter, para que observe el proceso completo, y sin prisa.
Inmediatamente después lávese las manos y que vea que ahora “está limpio”
Déjelo un rato sin pañal, antes del baño por ejemplo, para que pruebe esa sensación
que es nueva para el niño.

Antes de empezar algunos tips útiles para preparar a la familia
  • Todos los adultos de la casa deben estar de acuerdo en la forma y el momento, en caso contrario espere para comenzar hasta que todos se sientan “listos”.
  • Hágase la vida fácil: tenga a mano mudas de ropa sencilla, quite la alfombra...
  • Evite que coincida con cambios importantes o con momentos en los que algún miembro de la familia esté pasando por un momento estresante (en el trabajo, en la escuela...)
  • El pañal en esta etapa es muy cómodo... vienen días de incomodidad, pero una vez logrado será aun más cómodo que antes!
  • Avise con naturalidad a personas cercanas que suele ver con frecuencia: abuelos, tíos para que animen al niño sin forzarlo y para que sean comprensivos ante cualquier escape.
  • Acuerde previamente con los adultos significativos la reacción inmediata ante los “escapes”: sobre todo evite avergonzarlo con frases como “otra vez!, yo pensaba que lo pillarías más rápido”, “tu hermano se tardó menos”, “Pedrito con 14 meses ya lo hacía solito”... los niños no comprenden cada palabra pero entienden su sentido. La vergüenza es un sentimiento complejo y genera ansiedad y duda.
  • Comparta con otros padres su experiencia en esta etapa... se sorprenderá de las anécdotas que pueden tener todas las familias, al final todos hemos dejado los pañales!
    Quitar los pañales cuando sentimos que el niño está preparado tiene la gran ventaja de ser un proceso natural, y que favorece su gran búsqueda de autonomía. Le brinda la seguridad de saberse capaz de lograr lo que los mayores esperamos de él y le da la bienvenida a un mundo de niños en la que ya no es el “bebé”.
¿qué usamos?, ¿adaptadores al váter de los adultos?, ¿orinales tradicionales?
Lo que utilicemos da igual, lo importante es que el niño se familiarice con él, que sepa para qué se usa, cuándo y cómo se usa. El protagonista del proceso es el niño y no el recipiente.

Durante el proceso
  •   Elógielo sinceramente, por sus logro y por cómo está creciendo
  •   Una vez logrados los primeros aciertos es muy importante recordarle que
    debe ir al baño, es muy normal que lo olvide por estar entretenido jugando o que no desee detener el juego para ir al baño. Si observa que no logra llegar a tiempo por no parar de jugar explíquele la situación: ahora no podrás seguir jugando porque hay que limpiarlo todo y cambiarte, detenerse a hacer pis un momento es más rápido...”
  •   Recuerde que en esta etapa nos enfrentamos a lo sucio... cuide su reacción emocional frente a los escapes: trate de mantenerse firme, no lo avergüence, ni le quite importancia. Simplemente haga lo que hay que hacer en ese caso: limpiarle, recordarle dónde debe hacerlo con firmeza y dándole ánimos.


  •   Es muy importante mantener comunicación permanente con las personas que cuiden al niño (familiares y/o guardería) para mantener una estrategia similar en cada sitio que le brinde seguridad al niño.
    Las noches:
    El control de esfínteres comienza siendo diurno, y el nocturno tarda un poco más. Es normal que muchos niños continúen usando pañal de noche sobre todo si suelen dormir muchas horas, muy profundamente. Si ve que durante tres o más días el niño se despierta con el pañal seco podría ser buen momento de quitarlo. Para ello es importante avisarle antes de dormir que no tiene pañal, y que si siente ganas de hacer pis, puede llamar a mamá o papá. Recordemos que todo este proceso se trata de ser consciente del cuerpo y poder controlarlo, para ello necesitan ser informados de lo que les pasa.
    ¿Qué pasa cuando apresuramos este proceso?
Todos estamos programados para no usar pañal, lo hemos conseguido todos y nuestro hijo no será la excepción. Cuando empezamos este proceso antes de tiempo exponemos al niño a un fracaso continuo y a aciertos debidos al azar, creando situaciones que le provocan dudas sobre si mismo, y a la vez vergüenza y confusión por hacer algo que no entiende por qué ahora es incorrecto.
Por otra parte genera mucha frustración en los padres que comienzan con toda la buena voluntad de tener paciencia y se agotan en un camino largo que se inició antes de tiempo. La consecuencia es clara: padres que empiezan amorosos ante los escapes, y después de muchos fracasos tienen reacciones emocionales duras que el niño no alcanza a comprender y sin embargo sabe que es por algo que “hizo mal”
Sin duda cada niño tiene su tiempo, si comenzó este proceso lo lógico es tener paciencia y perseverancia hasta que logre controlar del todo sus esfínteres, pero si observa que el niño después de muchos intentos no entiende lo que se espera de él o que ha entrado en una lucha de poder con su hijo , es momento de conversar con los adultos cercanos (padre, pediatra, guardería.) si es mejor suspender el proceso

¿Y si esperamos “demasiado”?
Cuando por el contrario esperamos demasiado para dejar los pañales, estamos limitando las posibilidades de autonomía de nuestros hijos. Somos los padres los responsables de darles a nuestros hijos la posibilidad de ser mayores, y podríamos exponer a nuestro hijo a situaciones con otros niños y/o adultos en la que es tratado como “bebé” cuando él se siente capaz como los otros de ser “mayor”. Es oportuno revisar qué nos impide comenzar a dejar los pañales, ¿comodidad?, ¿inseguridad sobre si el momento adecuado ha llegado?, ¿temor a no hacerlo “bien?. Recordemos que todas estas preguntas y dudas son nuestras y es importante resolverlas nosotros sin impedir el desarrollo de nuestros hijos

¿Deciden los niños el momento en que están “preparados” o somos los adultos los que decidimos el momento?
Tradicionalmente estamos habituados a escuchar que “le quitamos” el pañal al niño aunque cada vez más se dice que es el niño el que ha “dejado el pañal”. El niño acabará sin pañal, porque estamos biológicamente diseñados para ello, y el procedimiento para lograr este hito del desarrollo requiere de la intervención de los padres. Sin embargo el “cómo” y el “cuándo” lo hagamos puede ser más o menos sencillo y respetuoso en función de cómo identifiquemos las señales claras que nuestro hijo nos da. Si somos capaces de ser empáticos con nuestros niños podremos identificar el momento, y ayudarle en este proceso. Podremos también reconocer si nos hemos apresurado y no forzar una situación frustrante sólo porque nosotros decimos que es “ahora” cuando está listo o cuando es más cómodo. La clave está en escuchar y observar al niño y no sólo a las presiones externas que nos empujan a hacer lo que siempre se ha hecho, cuando siempre se ha hecho.

¿Cuándo buscar ayuda?
Si observamos que después del primer intento de dejar los pañales el niño sigue sin comprender qué es lo que intentamos que haga.
  •   Si vemos que al intentar dejar los pañales el niño ha cambiado su conducta ante el juego o los otros niños mostrándose ansioso o temeroso, o empieza a retroceder en otras áreas (dormir toda la noche, comer solo, desvestirse, etc.).
  •   Si vemos que los “escapes” del niño nos producen reacciones desproporcionadas de frustración, rabia o vergüenza a nosotros como padres o al propio niño.
Cuando nuestro hijo habiendo logrado exitosamente el
proceso, empieza a tener dificultades para controlar esfínteres relacionadas con situaciones estresantes.